domingo, 2 de marzo de 2008

Poneloya "Playa virgen" remanso de paz






Creo que con algunas de las fotos os daréis cuanta de lo maravilloso que es este rincón salvaje del Pacifico. Su magia, su calidez, su exotismo nos cautivo a todos , tal es así que varios de los que íbamos no aguantábamos la atracción de las potentes olas y nos lanzamos al agua sin pensarlo. El influjo de la puesta de sol nos cautivó a todos, la calidez del momento me hizo reflexionar sobre muchas cosas y me ayudo a interiorizar mucho de los momentos vividos durante el viaje. Fue un momento muy especial, en el que me acordé de muchas personas en especial de una que ya no nos acompaña, en su memoria quedan estas palabras, a él si que le hubiera gustado estar aquí, Roberto, TE QUEREMOS.

Bueno, me estoy emocionando un poco, aunque el momento lo requiere, es impresionante como la puesta de sol, sentado en la arena, te hace reflexionar sobre muchas cosas, remover conciencias y asentar pensamientos.

La noche la pasó agradablemente sentado en la hamaca a la luz de la luna, tomando un ron en compañía de Juan, grata conversación la que tuvimos, fue un momento de compartir pensamientos y sensaciones. Las olas y el viento me acompañaron al alba para dormir en el ranchón, donde las mosquiteras nos protegían a todos de las implacables picaduras de los mosquitos, Hasta Mañana.

Besos y abrazos

1 comentario:

Anónimo dijo...

a ver si tu eres capaz de llevar ese barreño en la cabeza como la mujer de la foto!!!ya veo que estas como un rey panza arriba.un besazo.estefa